Los ulitmos días de febrero nos presentamos institucionalmente con el nuevo director. La semana pasada recibimos nota informativa sobre el cambio, desde la Secretaría de Prensa de la DRNOA APN.
A mediados de Enero pasado se produjo un cambio en la conducción en la línea administrativa de la Dirección Regional NOA de la APN. El abogado Ignacio Frezze Durand reemplazó en la gestión a la ingeniera agrónoma María Elena Sánchez. La Jefatura de la línea operaciones, Sergio Valdecantos, se mantiene. Desde Asoc Ragone le dimos la bienvenida y nos acercamos a conocelo. El link resume el encuentro entre representantes de la Asociación Ragone, encabezados por su presidente Fernando Pequeño Ragone, y el nuevo director de la Dirección Regional NOA de la APN, Ignacio Frezze Durand. La conversación se centra en la situación del Parque Nacional El Rey, abordando la falta de conocimiento del territorio por parte de funcionarios centrales, la necesidad de una organización social local que apoye la gestión del parque, y los problemas con la financiación y la falta de información sobre proyectos de infraestructura. Fernando Pequeño Ragone, con una conexión familiar centenaria con la zona y experiencia en la ONG Miguel Ragone, se presenta como un interesado en el desarrollo y la conservación del territorio, buscando un equilibrio entre ambos y diferenciándose de visiones más tradicionales.
Nota de la secretaría de prensa DRNOA APN recibida en la institución.
Desde la Dirección Regional NOA de la Administración de Parques Nacionales, nos complace informar, que recientemente fue nombrado por Resolución de Vice Jefatura de Gabinete del Interior, dependiente de la Jefatura de Ministros de la Nación, como nuevo Director Regional, el Abogado Ignacio Martín FREZZE DURAND, quien a partir del presente acto administrativo asume formalmente la importante función de coordinar la Dirección Regional NOA (DRNOA), ubicada en calle Santa Fe 23 de la ciudad de Salta.
La DRNOA es una dependencia técnica regional, integrante y dependiente de la Dirección Nacional de Conservación de Parques Nacionales, con la responsabilidad primaria de entender en la planificación, formulación y aplicación de políticas y estrategias de conservación y uso público de las Áreas Naturales Protegidas Nacionales, en la región Noroeste del país, abarcando los aspectos de investigación científica, manejo y monitoreo de recursos naturales y culturales, planificación estratégica, informes de impacto y de daño ambiental, desarrollo, promoción y planificación del uso sustentable, interpretación y recreación, como así también políticas de vinculación integral con las diferentes poblaciones que habitan en las áreas protegidas o en sus zonas de amortiguamiento.
Desde la Dirección Regional NOA de Parques Nacionales, quedamos a disposición para continuar acciones ya articuladas oportunamente con su institución/repartición, o bien iniciar nuevos proyectos conjuntos, en beneficio de la conservación de ambientes y del desarrollo sustentable de las diferentes poblaciones en cercanías de los espacios naturales protegidos, como así también abordar acciones que tiendan a fortalecer espacios de capacitación de los equipos técnicos y articular redes de trabajo interinstitucional.
Saludos cordiales
Gabriel López Sosa Dirección Regional NOA Prensa y Comunicación Institucional Administración de Parques Nacionales Ciudad de Salta - Santa Fe 23 Correo: glopez@apn.gob.ar - 387 - 5 - 553100 (particular) parquesnacionales.gob.ar
Estuvimos presentes en la discusión para la construcción del Plan de Gestión de la Reserva Nacional Pizarro, organizada por la DRNOA de la APN Salta.
La Reserva Nacional Pizarro, formalmente creada en 2015 pero gestionada por Parques Nacionales desde 2009, emerge de un contexto marcado por conflictos territoriales y la desafectación de una reserva provincial previa. Su singular configuración, dividida en múltiples lotes y con una forma irregular, alberga una diversidad de actores, incluyendo comunidades criollas reubicadas y la comunidad Wichí, cuyo asentamiento en la reserva fue una decisión con implicaciones socioculturales a largo plazo. La historia de Pizarro está intrínsecamente ligada a tensiones entre visiones de conservación y desarrollo, así como a desencuentros jurisdiccionales entre la nación y la provincia, dinámicas que aún influyen en el panorama político actual. La planificación de su gestión se presenta como un proceso complejo, influenciado por la categoría de Reserva Nacional –que permite ciertas actividades productivas–, la ausencia de un plan de gestión formal durante sus primeros años y la necesidad de construir una participación social genuina en un contexto político nacional cambiante. Este taller diagnóstico busca abordar esta intrincada realidad, identificando valores de conservación prioritarios y los desafíos clave para la construcción de un plan de gestión efectivo y participativo para la Reserva Nacional Pizarro.
Participantes en el taller
El documento resume las discusiones en el taller para el
plan de gestión de la Reserva Nacional Pizarro en Salta, Argentina. La reserva
enfrenta desafíos por su conflictiva creación, configuración territorial
compleja, presencia de pobladores (incluida la comunidad Wichí) y tensiones
entre conservación, desarrollo y jurisdicciones. El taller buscó un diagnóstico
compartido y una visión a futuro con participación de diversos actores.
Contexto y Antecedentes
La Reserva Nacional Pizarro se creó en 2015, pero Parques
Nacionales la gestiona desde 2009. Su origen está en la decisión de la
provincia de desafectar la Reserva Provincial Lotes 32 y 33 para desarrollo
vial, lo que generó oposición e intervención nacional. Parques Nacionales
compró solo un tercio de la reserva provincial original, ya que gran parte
había sido desmontada. La provincia reubicó a pobladores criollos, y Parques
Nacionales asentó a la comunidad Wichí en una parte de la reserva, lo que se considera
una decisión compleja por la cultura nómada de esta comunidad. La historia de
Pizarro presenta tensiones entre el gobierno nacional y provincial y entre
visiones de conservación y desarrollo.
Reserva Nacional vs. Parque Nacional
La Reserva Nacional difiere del Parque Nacional. Las
reservas nacionales permiten actividades productivas, a diferencia de los
parques nacionales, que tienen restricciones más estrictas. Pizarro se designó
como Reserva Nacional por la presencia de pobladores, especialmente la
comunidad Wichí.
Planificación de la Gestión
Históricamente, los planes de gestión de los parques se
generaban internamente. Los planes modernos buscan ser más participativos,
considerando las necesidades de las poblaciones locales. La elaboración de los
planes suele ser un proceso largo, lo que puede retrasar la gestión efectiva.
Para Pizarro, se propuso un proceso de seis meses, que incluye talleres de
diagnóstico. Los planes de gestión suelen proyectarse a 6-10 años, pero para
áreas complejas como Pizarro, se considera que 10 años pueden ser un horizonte
muy largo. Los niveles de planificación de Parques Nacionales incluyen el Plan
de Gestión Institucional, los Planes de Gestión de Áreas Protegidas y los
Planes Operativos Anuales (POA).
Participación Social
Parques Nacionales busca una mayor participación de las
comunidades locales en la gestión. Sin embargo, aún no se ha logrado un marco
formal para la participación de los pobladores internos, y las decisiones a
menudo entran en conflicto con sus economías familiares. Se reconoce que ha
habido "pseudoparticipación" influenciada por intereses políticos. En
Pizarro, tanto el gobierno como Parques Nacionales han tomado decisiones por
grupos que no siempre pudieron decidir por sí mismos. El desafío actual es construir
una participación más genuina, reconociendo las deficiencias pasadas. El
contexto político actual plantea la intervención privada individual, lo que
dificulta la participación colectiva. Se subraya la importancia de considerar
las perspectivas y necesidades de las poblaciones involucradas en la gestión de
la reserva.
Características de la Reserva Nacional Pizarro
La Reserva Nacional Pizarro tiene 7837 hectáreas y una forma
irregular. Se divide en cuatro lotes: el Lote 1 (comunidad Wichí), el Lote
Conductor, el Lote 3 y el Lote 7. Limita con zonas desmontadas, lo que afecta
la conectividad de los ecosistemas. Los límites con Jujuy no están claros, y
Salta no reconoce completamente el área. Se considera que la superficie de la
reserva es insuficiente para la dinámica ecosistémica a largo plazo, lo que
requiere una gestión que trascienda sus límites.
Valores de Conservación y Objetivos
El objetivo general es conservar un área de transición entre
las Yungas y el bosque chaqueño. Se critica la falta de reconocimiento del
Pedemonte como unidad biogeográfica distinta. Los elementos específicos a
conservar incluyen el ambiente de Chaco Serrano y Chaco de Llanura, zonas de
conectividad, especies amenazadas y elementos culturales de las comunidades
Wichí y criollas. Se reconoce la importancia de la conectividad y la
biodiversidad. Se han realizado investigaciones en el área, principalmente sobre
biodiversidad. Además de la cultura viva, se reconoce una "troja"
(estructura cultural) deteriorada.
Documentos Clave
Los documentos clave para la creación y gestión previa
incluyen "Desmontizando", el Informe de la Secretaría de Ambiente de
Salta (2002), el Informe de Fundación Vida Silvestre, Provincia y Parques
(2010) y el Plan Estratégico para la Gestión Territorial Integrada (AGPI)
Pizarro (2011-2015). Este último, un plan de manejo participativo, nunca fue
implementado formalmente por Parques Nacionales.
Dinámica del Taller
El taller de diagnóstico se dividió en dos partes: en Salta
con especialistas y en Pizarro con la comunidad local. Las actividades en Salta
incluyeron la definición de valores de conservación, el análisis de su
viabilidad, la identificación de problemas y amenazas, y la construcción de una
visión compartida.
Desafíos Clave
El taller identificó desafíos clave como la convivencia
conservación-desarrollo, la participación genuina, el contexto político, la
configuración territorial, la interjurisdiccionalidad, la situación de la
comunidad Wichí, el reconocimiento biogeográfico, la implementación de planes y
la evaluación y el monitoreo.
Temas y Valores Identificados
La discusión abarcó valores relacionados con la
conservación, la gestión y el entorno socioeconómico.
Valores Priorizados
Se priorizaron el agua, el bosque pedemontano, la
biodiversidad, el atributo social/comunidades locales y la conciencia
ambiental.
Otros Temas
Se discutieron la gestión del área, las amenazas, la zona de
amortiguación, las estrategias de conservación, el papel de los profesionales
locales y las dinámicas socioeconómicas y culturales.
Valores Priorizados y Desafíos
Se analizaron valores como la comunidad Wichí y los recursos
culturales, los recursos del bosque, la biodiversidad, las cuencas hídricas, la
conectividad y el potencial de aprendizaje.
Determinación de Valores Clave
Se enfatizó la necesidad de determinar atributos medibles
para evaluar la viabilidad de los valores.
Discusión en Grupo
Se discutieron los atributos de la cuenca hidrográfica y los
recursos maderables y no maderables, evaluando su estado actual y tendencias.
Próximos Pasos
Los próximos pasos incluyen talleres en Pizarro,
procesamiento de información, elaboración de estrategias, definición de
mecanismos de evaluación, formulación del plan, validación de valores,
identificación de amenazas, desarrollo de estrategias de gestión, definición de
la zona de amortiguación, fortalecimiento de la participación y exploración de
proyectos productivos y de conservación.
El Parque Nacional El
Rey (PNER) y su microrregión circundante se presentan como un escenario
paradigmático donde la conservación ambiental se entrelaza intrínsecamente con
dinámicas sociales, económicas y políticas complejas. Lejos de ser un
espacio aislado de aplicación de normativas burocráticas, el PNER emerge como
una "arena de la conservación", un campo de batalla donde
diversos actores, con intereses y visiones normativas a menudo contrapuestas,
disputan la gestión territorial y el futuro de los ecosistemas.
La historia de
transformación de la región, desde una estancia productiva hasta un área
protegida en medio de una expansión agropecuaria intensiva, genera tensiones
inherentes que definen esta arena. La Ley de Bosques, si bien
representa un marco legal crucial para la protección forestal, se enfrenta a
los desafíos de su implementación en un contexto de fuertes presiones
económicas. En este sentido, el Plan de Gestión del PNER busca navegar
entre la "protección estricta" de ecosistemas valiosos y el
fomento del "uso sostenible", reconociendo que ambas
aproximaciones son en sí mismas construcciones políticas y sociales.
Comprender esta
compleja realidad requiere un análisis que involucre la diversidad de
actores sociales presentes en la región: desde la Administración de Parques
Nacionales y otros organismos estatales, hasta organizaciones de la sociedad
civil, la población local con sus diversas aspiraciones, y los "finqueros"
con sus variadas tipologías e intereses frente a la conservación. La
investigación propuesta adopta una perspectiva autoetnográfica,
reconociendo la posición del investigador como parte del territorio, buscando
una comprensión profunda de las dinámicas locales.
Un aspecto
particularmente innovador de este abordaje es la incorporación de una perspectiva
de género, con un foco en las masculinidades. Se busca explorar cómo las
concepciones de masculinidad influyen en la relación con el ambiente,
contrastando modelos hegemónicos ligados a la explotación con la emergencia de masculinidades
alternativas y sostenibles. La inclusión de la experiencia de los hombres
gays en la ruralidad ofrece una lente reveladora sobre cómo se reconfiguran
las identidades y se impulsan prácticas innovadoras en la conservación y el
desarrollo. Al desafiar las normas heteronormativas y los roles de género
tradicionales, estos actores demuestran que la diversidad sexual puede ser
un motor de transformación hacia territorios más inclusivos y ambientalmente
responsables.
En definitiva, el
estudio del Parque Nacional El Rey a través de la antropología de la
conservación y con una mirada sensible a las dinámicas de género, incluyendo
las masculinidades, nos permite desentrañar las múltiples capas de conflicto
y colaboración que dan forma a esta importante área protegida. Comprender
las diferentes perspectivas, los intereses en juego y las formas en que se
construyen las relaciones con el territorio es fundamental para avanzar hacia
estrategias de gestión y desarrollo que sean verdaderamente sostenibles y
socialmente justas.