Revivo aquí los aspectos más relevantes compartidos en la misa y procesión en honor a la Virgen del Carmen, celebrada en la localidad de Lumbreras. Es una visión profunda de la liturgia católica, la devoción mariana, la exhortación a la fe y la crítica social y religiosa desde la perspectiva del sacerdote Jesús Quintana invitado por la familia Juárez especialmente para la ocasión.
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Junto a Andrea Juárez en la Capilla de Lumbreras |
La misa en Lumbreras, celebrada por el sacerdote Jesús Quintana, no solo fue un acto de devoción religiosa, sino también una reflexión sobre la conexión entre la fe y el cuidado del medio ambiente. Durante su sermón, el Padre Quintana destacó la importancia de una fe auténtica y comprometida. Pensé mientras lo escuchaba en la dedicación necesaria en la vida espiritual con la disciplina y el esfuerzo requeridos en el trabajo rural. Subrayó que la codicia y la búsqueda de beneficios materiales inmediatos. Y pensé que son los que pueden llevar a la sobreexplotación de los recursos naturales. Él desde la autoridad de Dios llamó a valorar el bien superior y eterno por encima de las ganancias económicas a corto plazo. En este sentido, el cuidado del entorno natural, especialmente de tesoros como el Parque Nacional El Rey ligado a Lumbreras, se presenta como una manifestación sagrada de la obra de Dios que la comunidad tiene la responsabilidad de proteger.
Luego de días de novena, la celebración fue la mañana fría del 16 de julio en la capilla de Lumbreras, donde se dieron cita un centenar de vecinos. Invitado por la familia Juárez, es la primera vez que comparto la tradición de fé, amor, promesas y silenciosas ofrendas en un ritual íntimo y conmovedor por su escala.
El sermón del padre Quintana en Lumbreras fue una
intervención de alto impacto que, utilizando un lenguaje rural y directo, llamó
a sus fieles a una coherencia radical entre su fe y su vida, sentando bases
éticas que aplican tanto a la devoción religiosa como al trabajo y la custodia
del entorno natural que los rodea.
Una misa que habló también de conservación ambiental
El estilo crudo y directo del Padre Quintana, lejos de ser improcedente, adquirió una especial relevancia en el contexto de una pequeña localidad rural de Lumbreras.
Su lenguaje directo y genuino en una pequeña comunidad como Lumbreras, donde las relaciones son cercanas y se valora la franqueza sobre la formalidad, un lenguaje sin rodeos como el que usó llega seguro como más auténtico y honesto. Habló con la misma franqueza con la que se habla del clima, la cosecha o los problemas cotidianos.
Realidades Reconocibles: Sus críticas a la hipocresía en duelos o la codicia en herencias tienen fuerza en un entorno donde los dramas familiares son conocidos por gran parte de la comunidad. No es una crítica abstracta, sino que aludió a comportamientos que los presentes pueden reconocer fácilmente. Su llamado a una fe comprometida y no superficial se alinea con la ética del trabajo rural, sobre valores compartidos que exigen esfuerzo constante, paciencia y dedicación. Su advertencia contra la pereza en la oración es un eco de la advertencia contra la pereza en el campo, donde las consecuencias son directas y visibles.
Conexiones con el Trabajo Rural y la Protección Ambiental
El mensaje del Padre Quintana durante la misa de la mañana incorporó valores que conectan directamente con el monte y el ambiente, especialmente considerando que Lumbreras es la "puerta de entrada al Parque Nacional El Rey". Su llamado a una fe auténtica, comprometida y alejada de la superficialidad es un reflejo directo de la naturaleza del trabajo en el campo. La agricultura o la ganadería no permiten la mediocridad ni la pereza; exigen un compromiso diario y una conexión genuina con la tierra y los animales. Su crítica a la "pasividad en la iglesia" fue una interpelación a aplicar la misma disciplina y dedicación del trabajo rural a la vida espiritual.
Al contrastar las peticiones mundanas ("dame plata") con la búsqueda de la vida eterna, criticó indirectamente el afán de lucro desmedido. Esta misma codicia es la que a menudo impulsa la sobreexplotación de recursos naturales y el daño ambiental. Su mensaje invitó a valorar un bien superior y eterno por sobre el beneficio material inmediato. Esta es la base de la ética de la conservación: proteger el medio ambiente (un bien a largo plazo para las futuras generaciones) por encima de la ganancia económica a corto plazo. Finalmente, su énfasis en el cuidado de la fe y el alma puede extenderse por analogía al cuidado de la Creación. Si el sagrario es lo más fundamental de la capilla por contener el cuerpo de Cristo, el entorno natural, especialmente un tesoro como el Parque Nacional El Rey ligado a Lumbreras, puede ser visto como una manifestación sagrada de la obra de Dios que la comunidad tiene la responsabilidad de proteger.
Lumbreras: Fe, Tradición y Devoción
Lumbreras es una pequeña localidad en el departamento de Metán, provincia de Salta, Argentina. Se encuentra en la intersección de la Ruta Nacional 34 y la Ruta Provincial 5, a unos 43 kilómetros al norte de San José de Metán y a 15 kilómetros de Río Piedras. Se la considera la puerta de entrada al Parque Nacional El Rey.
La Virgen del Carmen es una figura central en muchas localidades de Salta, y su celebración involucra a toda la comunidad. La misa y procesión de la Virgen es un evento que une a los habitantes de Lumbreras en una manifestación pública de su devoción. El cielo plomizo y el frío intenso la mañana de la procesión tras los días de novena, crearon una atmósfera solemne y sacrificada a la celebración.
La capilla y su campanario son el corazón de la vida religiosa del pueblo, y la plaza, el espacio de encuentro social. La bendición a la Comisaría ha sido un gesto en busca de la protección divina para quienes cuidan de la comunidad.
En Lumbreras también se celebran otras festividades religiosas de importancia, como la fiesta en honor al Señor y la Virgen del Milagro, que congrega a la comunidad cada 22 de septiembre. Además, el pueblo ha ganado notoriedad en los últimos años por el festival "FestiLuz", un evento familiar con entrada libre y gratuita que combina música y gastronomía local, y que se ha convertido en una tradición en el sur de Salta.
Devoción a la Virgen del Carmen y a María como Madre Universal
La celebración principal giró en la mañana en la pequeña
capilla frente a las vías del tren, en torno a la Virgen del Carmen, reconocida
como protectora y madre. Varias familias, como los Romero Cardoso, Petrón,
Juárez y Gómora, ofrecieron acciones de gracias a la Virgen, marcando la
importancia de la devoción mariana en la comunidad tradicional de Lumbreras.El Padre Jesús Quintana enfatizó
que la Virgen del Carmen es la misma Virgen María bajo diferentes advocaciones
(Urcupiña, Guachana, del Milagro), destacando su rol como "madre elegida
por Dios para albergar en su seno nada menos que a la segunda persona de la
santísima trinidad, que es el hijo conocido por todos nosotros con el nombre de
Jesús."
En su atuendo blanco con la
insignia de la Cruz y tras unos gruesos lentes negros, con una simpatía
envolvente, nos instó a los fieles a considerar a María como nuestra propia
madre: "A María la tenemos que ver así, nuestra mamá." Y nos felicitó
por "celebrar a su mamá, a nuestra mamá, bajo un título llamado del
Carmen, pero es la Virgen María."
La Importancia de la Fe Católica y la Crítica a Otras Confesiones
El sermón del sacerdote Quintana abordó directamente las
críticas de otras confesiones religiosas (evangélicos, mormones, testigos de
Jehová, adventistas, etc.) hacia la figura de la Virgen María, especialmente en
lo que respecta a su virginidad y la existencia de "hermanos" de Jesús.
Refutó la idea de que María
tuvo más hijos, explicando que en tiempos bíblicos "No existía el primo,
ni el cuñado, ni el tatarabuelo, ni el tío. A todo familiar cercano se le decía
el Poro [hermano]." Y reafirma la virginidad de María: "María no tuvo
a Jesús y no perdió su virginidad. Porque María no necesitó del hombre."
Criticó la "mediocridad de pensamientos" de quienes afirman que
"Todas las religiones son iguales," señalando que hay muy pocas
religiones (cristiana –donde se incluyen los católicos–, budista, musulmana,
judía). E hizo un llamado a la apertura al espíritu y a no ser "cabeza de termo"
en las cosas de Dios, especialmente respecto a la virginidad y maternidad
divina de María.
Reflexión sobre la Práctica Religiosa y la Vida Cotidiana
En la misa Jesús Quintana, el
sacerdote, realizó una fuerte crítica a la falta de compromiso y la
superficialidad en la fe de algunos católicos, comparando su entusiasmo en
eventos mundanos con su pasividad en la iglesia. "¿Por qué al baile van
adelante? ¿Por qué a los partidos de fútbol van platea? ¿Por qué al corso se
pelean para para que les bailen? ¿Por qué ante Dios siempre nos relegamos? Le
hacemos como como de menos a Dios." Dijo.
Y cuestionó la pereza en la
oración, particularmente el rezo del rosario ("¿cuánto demoramos para
rezar el rosario? 15 minutos. ¿Cuánto estamos con el celular? Horas de horas
viendo tontera y nos cansa el rosario."). Fomentó la lectura de la
Biblia y materiales religiosos, criticando a quienes los consideran caros o los
tienen solo como adorno. "La Biblia tiene que estar ahí en la mesa para
que todos la lean."
La Verdadera Oración y Petición a Dios
En el encuentro santo, el
orador hizo hincapié en la diferencia entre las peticiones mundanas y la
búsqueda de la vida eterna, usando como ejemplo la parábola del buen samaritano
y la pregunta al Doctor de la Ley sobre la herencia de la vida eterna.
Contrastó las peticiones comunes ("Señor, concédeme una novia linda...
dame plata... que gane mucha plata") con la pregunta del Doctor de la
Ley ("Señor, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?").
Y reiteró la importancia de "hacer el bien" y
hacerlo "por amor," aludiendo a la parábola del buen samaritano como
modelo de acción desinteresada y compasiva.
La Eucaristía y la Confesión como Pilares de la Fe:
Promediando la misa el
sacerdote Quintana enfatizó la sacralidad de la Eucaristía y la necesidad de
estar en gracia de Dios para comulgar. Explicó la transustanciación: "Era
pan antes de la misa, luego de la transanciación se convirtió en cuerpo y
sangre." Y subrayó que "Lo más fundamental que tienen ustedes en
esta capilla es el sagrario." Con firmeza, estableció claramente
quiénes pueden comulgar: "Los que están confesados, los que están
casados por iglesia, no juntaditos ni por civil, eso no vengan a mentirme a
mí... Los que rezan todos los días, los que están confesados, los que van a
misa todos los sábados, en este caso acá, eso pueden acercarse a comulgar. El
resto tranquilo porque dice Pablo, preferible no comulgar que recibir mal la
comunión."
Reflexiones sobre la Muerte, el Duelo y la Honestidad Humana
Finalmente, el sacerdote Jesús
Quintana compartió una perspectiva cruda y realista sobre el manejo de la
muerte y la hipocresía en los funerales, así como la importancia de la
prevención personal. Criticó el "circo" de algunos velatorios y la
falsedad en el duelo: "Somos más falsos que a la esquina, ¿no? Y ahí
todo... es un circo eso. Gente que se revuelca, y no ha hecho un carajo por la
persona que está en el carro." Advierte sobre la codicia en las
herencias: "Y es el que después va a ver qué dejó el papá, qué dejó la
mamá. Son unos mangas de sinvergüenza." Y terminó ofreciendo un
consejo práctico y poco convencional sobre la cremación para evitar problemas
económicos a los hijos con los cementerios: "háganse cremar. No van a
pagar el cementerio los hijos de ustedes. Olvídense, terrible"
Un llamado a una fe más auténtica
La misa de la Virgen del Carmen en Lumbreras, la que en la
mañana compartí junto a un centenar de vecinos, no fue solo una celebración
litúrgica, sino también un espacio para la catequesis profunda y la exhortación
moral. El sacerdote Quintana especialmente invitado, combinó la enseñanza
teológica sobre la figura de María y la Eucaristía con una crítica directa a
las actitudes de los fieles y de otras confesiones religiosas. Su mensaje
central fue un llamado a una fe más auténtica, comprometida y vivida en la
caridad, en contraste con la superficialidad y el interés propio que a menudo
caracterizan la relación de las personas con lo divino.
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