En busca de la Inter institucionalidad en el estudio de formas de desarrollo históricas y actuales de la región próxima al PN El Rey. Se vio la necesidad de conocer qué están generando actualmente el PN El Rey y la Reserva Pizarro para avanzar con la sustentabilidad de sus regiones, y del paisaje en general. Y de añadir al diagnóstico la visión de los ganaderos, productores y finqueros de la zona.
Trabajo en la sala de reuniones del IPAF Hornillos |
En el marco del convenio[1] entre
la Asociación Miguel Ragone y el IPAF celebrado en octubre del año pasado,
avanzamos en un primer encuentro organizativo del diagnóstico que se busca
hacer en base a entrevistas y observaciones en territorio en una región de la
Ruta 5 de Salta, próxima al PN El Rey.
El propósito del diagnóstico es avanzar hacia un
estudio de las formas productivas históricas y actuales de la región para estar
en condiciones a partir del conocimiento producido, de recomendar formas de
intervención para emprendimientos de desarrollos sustentables y que a la vez
permitan la conservación real del monte de la región, protegida por la Ley de
Bosques. La región que delimitamos aplica en los componentes rojo y amarillo
del sistema de protección.
Cuando nos acercamos desde Asoc Ragone
institucionalmente a IPAF Hornillos, lo hicimos con una demanda. Entendíamos
que se trata de un Instituto de investigación que toma como objeto de estudio a
la agricultura familiar del NOA en las cinco provincias de Salta, Jujuy,
Tucumán, Catamarca y Santiago, con un fuerte anclaje de casi 20 años en el universo andino. Le plantemos
el desafío de hacer una bajada en la región chaqueña y de los valles
orientales, esas otras dos grandes regiones naturales próximas a donde
desarrollan su cotidianidad entre gran cantidad de agricultores, familiares y
pequeños productores.
Estamos contentos con lo que vamos logrando. El trabajo es también un eslabón en el desarrollo de los objetivos de un Sub proyecto en la propuesta de los Proyectos "Paisajes"[2] que la Administración de Parques Nacionales intenta implementar en Argentina desde hace un par de años, con muchos avances y retrocesos. Esperamos que la APN logre estabilizar la herramienta de estos proyectos porque sería realmente el inicio de la posibilidad de imaginar una mejora en su calidad de vida para muchas personas. Y una mejora que haría posible obviamente, no solo de desarrollarlos al paradigma de las conservación, sino que en esta región se trata de introducirlo.
Estamos convencidos y es un norte de la investigación
y el trabajo, que se puede producir y conservar y que también se puede
conservar e incluir; si existen y se toman decisiones sólidas que integren a los vecinos de la región en las
políticas de esa conservación. Esta tensión entre producir - conservar -
incluir; plantea posiciones históricas de pensamiento y posicionamiento que van
modificándose lentamente, en las instituciones del Estado que se hacen presente
en el territorio. Me refiero a instituciones de la conservación como los dos
Parques Nacionales próximos, el Rey y el de Pizarro, como a las estaciones del
INTA en Joaquín V González, y los gobiernos municipales de Lajitas, Río
Piedras, Joaquín V González. Asi también como las ideas que corren en el ámbito académico más proximo de la UNSA y la UCASAL. Y la Secretaría de Ambiente como parte del Ejecutivo del gobierno de la provincia. Es una tensión muy presente en los finqueros
propietarios de la tierra en la zona, también. Habrá que ver como se irá
resolviendo en función de la conservación, con desarrollo inclusivo de la
población local. Y si es posible una re población de la región que tiene serios
problemas de mano de obra e incipientemente desde hace algunos años surge el
tema de la inseguridad y robos de
herramientas, además del ya tradicional cuatrerismo.
Luego de la primera visita del equipo de técnicos e
investigadores en la región, a fines de mayo pasado, la cita en el edificio
institucional de Hornillos ha sido para intercambiar miradas, herramientas y
empezar a manejar un cuerpo conceptual aproximado o por lo menos esclarecido,
entre distintas instituciones que investigan y se interesan en el territorio
próximo al PN El Rey, con objetivos socio - políticos diferentes, y con
concepciones a cerca del territorio que no son unívocas. Esclarecerlas, conversarlas
y que los actores de la investigación interactúen, es parte de incentivar el
abordaje complejo e inter institucional que todo proyecto de intervención
requiere. En la oportunidad hemos compartido con técnicos que trabajan
específicamente en el ámbito del Parque Nacional El Rey. Se expusieron miradas
de las encuestas, entrevistas y observaciones que ambos equipos hacen en el
mismo sitio en los últimos meses, y se dio a conocer también alguna
bibliografía y fuentes que se están revisando.
Se trata de conocer qué es lo que están haciendo otros
equipos en la región que están produciendo conocimiento similar al que nosotros
buscamos, con otras estrategias y con
otros objetivos. Para lograr ensamblarlo en la incidencia estratégica en el
territorio para la conservación y para el desarrollo. Entiendo que es la
estrategia de fondo y más primaria que proponen los Proyectos PAISAJE de la
APN. Ni más ni menos que sostener una comunidad, vertebrarla, organizarla, en
un abordaje fundamentalmente interinstitucional. Que es lo más difícil de
lograr en los tiempos que corren, donde la destitución, la competitividad y la
mezquindad de conocimiento, son recurrentes.
Este tipo de intercambio es fundamental que se de en
estas primeras etapas del trabajo y esperamos que quienes vinieron de la APN y
El PN El Rey, puedan traducir esta idea de inter institucionalidad al interior
de su organización.
En la reunión quedaron claras dos ides para avanzar en
líneas que surgen de la primera visita al territorio. Conocer qué están
generando actualmente el PN El Rey y la Reserva Pizarro para avanzar con la
sustentabilidad de sus regiones, y del paisaje en general. Y añadir al
diagnóstico la visión de los ganaderos, productores y finqueros de la zona; a
la que ya se va perfilando con la visita de pobladores históricos, empleados y
peones. Esto, para para poner a disposición de todas las instituciones el conocimiento
certero que permita un proceso de desarrollo mayor y de conservación real. Un
proceso que tenga un sentido verdaderamente transformador.
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